
En la escuela San Alfonso, ubicado en el distrito de Santa Clara, venimos trabajando, con los niños y niñas de 4 años, en proyectos de investigación desde hace 1 año atrás. Algo totalmente nuevo para nosotras. Tener continuidad en la investigación, nos resultaba muy desafiante, porque no sabíamos qué hacer con todas las ideas maravillosas y diversas que los niños y niñas nos daban.
Decidimos empezar a entender e interpretar sus pensamientos, para ello debíamos comenzar a registrar sus voces en nuestras exploraciones. Entonces, comenzamos a usar herramientas de registro como cámaras y apuntes para dicho propósito. Al final de la jornada, mi colega y yo, nos juntamos para analizar todos los registros seleccionados: videos, fotografías y notas. La transcripción de los diálogos de los niños y niñas es indispensable para el análisis de las sesiones. Después de esto, comenzamos a hacer pequeñas historias de lo sucedido en la exploración; es decir, iniciamos a documentar dando visibilidad a sus pensamientos y aprendizajes.
Además, la planificación de las siguientes exploraciones nos dio un norte y reforzó la continuidad de la investigación. En dichas planificaciones, comenzamos a organizar a los niños y niñas en grupos pequeños, según sus intereses. Luego, decidimos el lugar, los materiales a emplear, así como establecer la pregunta guía de la siguiente sesión.
En un inicio fue retador comenzar a trabajar en proyectos de investigación pedagógica; sin embargo, con la práctica se volvió cotidiano, emocionante y lleno de aprendizajes. Ahora podemos ver la complejidad del pensamiento de los niños, algo también totalmente nuevo y maravilloso para nosotras.