En la escuela Niños Felices Comas, donde trabajamos, los niños de 1 año se desplazan de un lugar a otro haciendo uso de escaleras en los momentos de transición. Nosotras, como docentes, sentíamos miedo que algo les pudiera suceder durante estos desplazamientos, debido a que son niños muy pequeños todavía. Entonces, decidimos normalizar que el traslado por los escalones sea agarrarles las manos para evitar cualquier posible accidente.
Decidimos llevar nuestra preocupación a las reuniones de equipo, para averiguar cómo las otras docentes acompañan el desplazamiento de sus niños y compartir estrategias. Después de escuchar sus experiencias, nos dimos cuenta de que debíamos comenzar a confiar en nuestros niños y niñas. Asimismo, decidimos desarrollar esta confianza en ellos para motivarlos y, puedan bajar y subir las escaleras por su propia cuenta acompañados de nosotras.
Una de las primeras estrategias que utilizamos para desarrollar seguridad y autonomía en los niños, fue darles indicaciones anticipadas y claras de que ellos pueden bajar caminando o sentados, sosteniéndose de la baranda. También tomamos en cuenta el ritmo y el tiempo de cada niño, pues somos conscientes que todos los niños son distintos y eso está bien. Otra estrategia, que ayudó a darles seguridad a los niños, fue acompañar el proceso de cada uno cuando retaban sus cuerpos al desplazarse.
De esta manera, al pasar los días, los niños comenzaron a desarrollar sus propias estrategias para subir y bajar las escaleras acompañados de nosotras. Fuimos testigos que, al darles a los niños y niñas la oportunidad de desplazarse con autonomía, permitió que ellos conocieran más sus posibilidades de movimientos, mayor control de su cuerpo e incrementar su autoestima.